La información del siguiente artículo está extraída de una entrevista mantenida con el Dr. Ian Dunbar, quien dedicó nueve años al estudio del comportamiento social de los perros, como se describe a continuación.
El modelo alfa/ de dominancia surgió a partir de una serie de estudios limitados realizados sobre manadas de lobos en la década de los 40. Estos estudios, los primeros de sus características, fueron un buen inicio, pero posteriores investigaciones han refutado gran parte de los resultados. Aquel estudio contenía tres fallos principales: Se trataba de estudios limitados, por lo que los investigadores se concentraron en lo más obvio, en datos evidentes de la vida de los lobos, como por ejemplo la caza. Dichos estudios no son representativos ya que extraen conclusiones sobre el “comportamiento de los lobos” a partir de un 1% de su forma de vida.
Los estudios analizaron y malinterpretaron lo que hoy se conoce como manifestaciones ritualizadas. Por desgracia esta es la base sobre la que se asienta principalmente el “modelo de dominancia”, y aunque se ha refutado claramente esta información sigue perdurando dentro de la mitología del adiestramiento canino.
Un ejemplo son los “Alfa-Rolling”. Los primeros investigadores constataron este comportamiento y llegaron a la conclusión de que el lobo que estaba más alto en la jerarquía ejercía su dominancia y, por medio de la fuerza, el subordinado se giraba sobre sí mismo. No es del todo cierto. Se trata más bien de un “ritual de apaciguamiento” instigado por el lobo SUBORDINADO. Éste ofrece su hocico y cuando el lobo de rango superior lo inmoviliza, el lobo de rango inferior se da la vuelta voluntariamente y deja al descubierto la barriga. NO se usa la fuerza. Todo se hace de forma voluntaria. Un lobo daría la vuelta a otro contra su voluntad SÓLO si tiene intención de matarlo. ¿Te imaginas las consecuencias psicológicas en nuestros perros de un giro alfa a la fuerza?
Para terminar, los investigadores partieron de los resultados obtenidos por estos estudios y realizaron extrapolaciones arrogantes entre lobos-perros, perros-perros y lobos-personas. Por desgracia este disparate aún perdura.
Así que, ¿quién tiene razón? Lo que queda claro es que los lobos no son perros. Sinceramente, cuando se tiene en cuenta el número de generaciones pasadas que dicen “quiero interactuar con mi perro, así que voy a aprender de los lobos” tiene tanto sentido como decir “quiero ser mejor padre, ¡me voy a fijar en los chimpancés!”
En un articulo publicado recientemente por la revista de la APDT (Association of Pet Dog Trainers), el Dr. Ray Coppinger (profesor de biología en la Universidad de Hampshire y cofundador del Livestock Guarding Dog Project, autor de varios libros, entre ellos PERROS: Una nueva interpretación sobre su origen, comportamiento y evolución y miembro muy respetado de la comunidad de adiestradores de perros) dice lo siguiente acerca del modelo de dominancia (y de los giros alfa)..
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"No se me ocurre ninguna situación de aprendizaje en la que quiera que mis perros respondan con miedo y con falta de disposición. No quiero que mis perros piensen nunca en la jerarquía social."
Creo que más o menos queda todo dicho, ¿no?