lunes, 23 de abril de 2012

¿FUNCIONA LA EDUCACIÓN CANINA EN POSITIVO?

Que yo, que soy educadora canina en positivo, diga que ésta funciona, no parece muy objetivo. Así que aquí os dejo la historia de Tina contada por su propia familia. Esta es la reflexión que hace la adoptante de Tina a partir de su experiencia con la educación en positivo.

REFLEXIONES CANINAS

Desde hace unos días, y a raiz de varios artículos que he leído, no paro de pensar en mis experiencias caninas. 

Hace poco más de quince años me encontraba yo educando a Txiqui, un perro estupendo, golpeando en el suelo con un periódico enrollado cada vez que se hacía pipí en casa.   A los 7 meses ya hacía todas sus necesidades en la calle y siempre estaba loco por salir a pasear... pobrecito! a veces, desesperado. 
Ahora me encuentro educando a Tina, otra perrita estupenda, recogiendo con la fregona los pipis que aún hace en casa y tiene casi un año.   Al contrario de Txiqui, Tina no tiene ninguna prisa por salir a la calle, es miedosa  ¿por qué voy a forzar su "educación higiénica"? 

Y ahí es donde entra la educación en positivo.

No paro de sorprenderme con Tina....bueno, la adopción de Tina fue una sorpresa en sí.  Pese a que yo pensaba que estaba eligiendo el perro adecuado, me equivoqué, o me engañaron.... bueno, eso es otro capítulo....ya os lo conté en una entrada anterior "LA PEOR ADOPCIÓN DEL MUNDO"

Lo que me sorprende es ver las grandes diferencias que hay entre Txiqui y Tina: o Txiqui era el perro menos perro del mundo, o Tina es la perra más perra del mundo!
Txiqui fué estupendo, pero jamás desarrolló el olfato, con un tironcito de correa ya sabía que no tenía que coger un papel del suelo, oler un pipí o acercarse a otros perros....y conforme era mayor, lo llevaba suelto y el mantenía esas pautas "ejemplares" a mi parecer; y yo, orgullosa de mi perro, pensaba que era fruto de una buena educación
Tina, sin embargo, hace uso de ese tremendo olfato canino, precisamente cuando olfatea es cuando la veo feliz.  Cada vez que se acerca a un papel en el suelo intenta abrirlo a ver si hay comida ¡qué habrá tenido que pasar esta cachorrina antes de que la adoptáramos! Corretea y salta para perseguir una hoja que mueve el viento... quiere conocer a todos los perros y juega con ellos, y yo dejo que se acerque a ellos sin temores....  Y todas estas cosas me las está enseñando ella a mí, yo apenas he empezado a educarla!!!


Precisamente por los problemas que tiene Tina con sus miedos he descubierto que hay otras maneras de educar a los perros.  Es más, en casos como el mío, son las mejores maneras.   La dominancia  y el líder de la manada pueden funcionar en un cachorro sano....y aun así, ahora reconozco que una educación demasiado severa puede "estropear" a este cachorro sano
Pero ante un perro miedoso, o con cualquier otro problema, este tipo de educación no sirve.  Una de dos, o el perro se doblega a tu voluntad y vive toda su vida temiéndote y siendo menos perro, o lo que haces es convertir el problema mayor.

Cuando me hice consciente de que necesitaba ayuda para educar a Tina, Lis me habló de la educación en positivo y me facilitó el teléfono de Mary, nuestra admirada educadora canina.  Y con este tipo de educación se me abrió un mundo!  
Ahora sé que hay mucha gente escéptica y que desconfía de este tipo de educación que parece "más blanda", pero entonces yo estaba dispuesta a dejarme ayudar sin ningún prejuicio y confié ciegamente en Mary y todo lo que me decía.    Y mi experiencia es que ¡mejor, imposible!

Gracias a Mary he comprendido muchas cosas del mundo perruno que no tenía ni idea, pese a haber tenido perro anteriormente.  Y lo más importante es reconocer que tienes que comprender a tu animal e intentar que todo sea positivo a su alrededor.  Si nó, no hay educación que valga.  

Puede que la educación en positivo parezca más lenta. Mary no se cansaba de pedirme paciencia... "debemos seguir el ritmo de Tina" me decía... y desde luego, no era mi ritmo!  pero merece la pena esta espera.  El cambio que he observado en Tina ha sido bestial, increible! y desde luego, prefiero a esta perra miedosina que va abriendo su mente al mundo, que no a la perra sometida y muerta de miedo que se hubiera convertido con otros tipos de educación más severos (eso, si lo hubiera logrado)



Esto no ha hecho más que empezar, asumo que me queda aún mucho trabajo por delante con Tina, pero estoy orgullosa de mi perra auténticamente perra.   Y en cuanto mi situación económica mejore quiero hacer el curso de educador canino para poder ser feliz a su lado, comprendiéndola y descubriendo su felicidad.