Un conflictivo estudio de la Universidad de Leicester, en Reino Unido,
ha mostrado un vínculo entre la amabilidad de las personas y su
preferencia respecto a ciertas razas de perros. Según los resultados de
la investigación, las personas jóvenes menos cordiales prefieren, en
general, perros considerados como "potencialmente peligrosos" como
animal doméstico.
En España, según el Real Decreto 287/2002, de 22 de marzo, por el que se desarrolla la Ley 50/1999 se
consideran perros potencialmente peligrosos algunas razas como Dogo
Argentino, el American Staffodshire Terrier, el Staffordshire Bull
Terrier, el Pit Bull Terrier, o el Rottweiler. Pues bien, según un estudio
llevado a cabo por Vincent Egan y sus colegas de la Escuela de
Psicología de Leicester, en Reino Unido, las personas jóvenes poco
amables suelen preferir este tipo de animales de domésticos.
Según el investigador principal, el Dr. Vicent Egan, “los
jóvenes con un bajo nivel de cordialidad (es decir, menos preocupados
por las necesidades de los demás y más dados a reacciones hostiles)
preferían perros con una reputación agresiva”.
El
estudio no encontró ningún tipo de relación entre el gusto por un perro
incluido dentro de las razas “potencialmente agresivas” y la
delincuencia. Según Vincent Egan, “este tipo de estudio es importante, pues muestra que las suposiciones no conforman una realidad íntegra.
Se supone que los dueños de perros agresivos (o perros percibidos como
agresivos) son más antisociales. Sin embargo no observamos que personas
que muestran una preferencia por los perros agresivos hubieran cometido
más actos delictivos”
En el estudio, publicado en la revista Anthrozoos,
los perros clasificados como más violentos por los usuarios fueron los
de la raza bull terrier, mientras que los labrador retriever y los
cocker spaniel fueron descritos como los menos agresivos.
Fuente: Muy Interesante.
Personalmente, no estoy totalmente de acuerdo con este estudio.
jueves, 29 de enero de 2015
viernes, 9 de enero de 2015
AGRESIVIDAD Y DOLORES O ENFERMEDAD
Los canes pueden sufrir episodios repentinos de agresividad
sin que sus dueños comprendan el motivo. En muchos casos, la causa de
los ataques puede ser un dolor no diagnosticado ni tratado, según se
desprende de un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Hasta ahora se sabía que varios factores causan agresividad en los perros: las condiciones de la madre durante la gestación, la manipulación del cachorro durante el período neonatal, la edad al destete, las experiencias del animal durante el período de socialización, la dieta, el ejercicio, la genética o las técnicas de aprendizaje basadas en el castigo activo en la edad adulta. Ahora a la lista se suma la presencia de patologías y de dolor en el animal.
Un equipo de investigadores del departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) analizó entre 2010 y 2011 los problemas de agresividad de 12 perros de raza (schnauzer gigante, setter irlandés, pit bull, dálmata, dos pastores alemanes, mastín napolitano, shih-tzu, bobtail, pastor catalán, chow-chow y doberman) que acudieron con sus dueños al Hospital Veterinario de la UAB. "Todos (once machos y una hembra) fueron diagnosticados de agresividad por dolor. De los 12, ocho habían sufrido displasia de cadera", ha explicado a SINC Tomás Camps, autor principal del estudio que se publica en Journal of Veterinary Behavior.
La displasia de cadera canina es una enfermedad ósea hereditaria y degenerativa que afecta a la articulación que une la cadera y la cabeza del fémur, que afecta a más del 40% a golden retrievers, labradores retrievers y rottweillers, y en general puede producirse en cualquier raza de perro grande. El nuevo estudio sugiere que el dolor producido por la displasia de cadera es un importante factor de riesgo de la agresividad en perros grandes. Pero el problema surge cuando el perro experimenta periodos de poco dolor y esta enfermedad no se diagnostica a tiempo.
Fuente: Muy Interesante.
Hasta ahora se sabía que varios factores causan agresividad en los perros: las condiciones de la madre durante la gestación, la manipulación del cachorro durante el período neonatal, la edad al destete, las experiencias del animal durante el período de socialización, la dieta, el ejercicio, la genética o las técnicas de aprendizaje basadas en el castigo activo en la edad adulta. Ahora a la lista se suma la presencia de patologías y de dolor en el animal.
Un equipo de investigadores del departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) analizó entre 2010 y 2011 los problemas de agresividad de 12 perros de raza (schnauzer gigante, setter irlandés, pit bull, dálmata, dos pastores alemanes, mastín napolitano, shih-tzu, bobtail, pastor catalán, chow-chow y doberman) que acudieron con sus dueños al Hospital Veterinario de la UAB. "Todos (once machos y una hembra) fueron diagnosticados de agresividad por dolor. De los 12, ocho habían sufrido displasia de cadera", ha explicado a SINC Tomás Camps, autor principal del estudio que se publica en Journal of Veterinary Behavior.
La displasia de cadera canina es una enfermedad ósea hereditaria y degenerativa que afecta a la articulación que une la cadera y la cabeza del fémur, que afecta a más del 40% a golden retrievers, labradores retrievers y rottweillers, y en general puede producirse en cualquier raza de perro grande. El nuevo estudio sugiere que el dolor producido por la displasia de cadera es un importante factor de riesgo de la agresividad en perros grandes. Pero el problema surge cuando el perro experimenta periodos de poco dolor y esta enfermedad no se diagnostica a tiempo.
Fuente: Muy Interesante.
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