sábado, 4 de junio de 2016
LOS PERROS ENTIENDEN LAS EMOCIONES
Todas las personas que vivimos con perros siempre hemos afirmado que: nuestros perros sienten y entienden las emociones al igual que lo hacen los humanos. Pero ahora hay una investigación que respalda estas afirmaciones. Ellos no son “sólo animales”, en realidad sienten como nosotros.
Cualquier persona que realmente ama a su perro ha dicho en infinidad de ocasiones a sus amigos que sus animales se enfadan y se ponen tristes. Nuestras mascotas notan cuando necesitamos su ayuda o cuando simplemente queremos que nos dejen en paz, basándose en numerosos indicios como nuestros comportamientos, feromonas, el lenguaje corporal y como la investigación ha demostrado: nuestras señales vocales.
Un grupo de investigadores en Hungría, tomó imágenes de los cerebros de los perros mediante resonancias magnéticas y se encontraron que reaccionaban a las voces de la misma manera que lo hacen los humanos, especialmente los sonidos con carga emocional, como las risas y los lloros. Los perros lloran y son capaces de reir por lo que son dos sonidos que evocan unas respuestas específicas en los cerebros de los perros.
Un total de 11 perros fueron entrenados para mantenerse inmóviles durante sus exploraciones, utilizando un entrenamiento de refuerzo positivo.
Los investigadores también observaron los cerebros de 22 personas para realizar la comparación. Cada sujeto escuchó 200 sonidos de perros y humanos, desde sonidos ambientales, como coches y silbatos, para quejarse, ladrar y llorar. Mientras que los humanos mostraron respuestas más fuertes a los sonidos humanos, y los perros reaccionaron con más fuerza ante sonidos de perros, los resultados mostraron que nuestros cerebros se iluminan en áreas similares.
Ellos encontraron que el polo temporal, la parte anterior del lóbulo temporal, que se encarga de regular las emociones, la audición, el lenguaje, el aprendizaje y la memoria, era la parte del cerebro que se activaba cuando escuchaban los sonidos humanos y animales.
“Sabemos que hay áreas de voz en los humanos, áreas que responden con más fuerza a los sonidos humanos que a cualquier otro tipo de sonidos”, explicaba el doctor Andics. “La localización de la actividad en el cerebro de los perros es muy similar a la que hemos encontrado en los cerebros de humanos. El hecho de haber encontrado estas áreas en los cerebros de los perros es una gran sorpresa, es la primera vez que hemos visto esto en un no-primate”.
Sólo el hecho de que los cerebros de los perros se están estudiando va a demostrar lo importante que son para nosotros, estos son los primeros estudios en los que se comparan los cerebros humanos con los cerebros de animales que no son primates.
“Las áreas de voz están localizadas de manera similar en el perro y en el humano, esto significa que estas áreas se desarrollaron hace al menos 100 millones de años, la edad del último ancestro común de los humanos y de los perros”.
Los perros y los humanos han estado compartiendo un entorno social similar durante muchos años.
“Nuestros hallazgos sugieren que ellos también usan un mecanismo cerebral similar para procesar la información social. Esto puede confirmar que la comunicación verbal entre las dos especies. Perros y humanos utilizan mecanismos cerebrales similares para procesar la información social y este es el primer paso para entender que la comunicación vocal entre perros y humanos tenga tanto éxito”.
“Sabemos muy bien que los perros son muy buenos para detectar los sentimientos de sus dueños, y sabemos que un buen dueño de un perro puede detectar los cambios emocionales de su perro, pero ahora empezamos a entender por qué esto es posible”, dijo Andics.
Cuando se mira el cerebro de un perro, está claro que en realidad no están tan lejos de los humanos en el sentido del desarrollo. Otros estudios han demostrado que la edad mental de un perro es comparable a la de un niño en edad de preescolar. Parece que una de las únicas cosas que realmente separan a los humanos de los perros es el hueso hioides, lo que nos da a los humanos la capacidad de hablar.
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