Las espigas de gramíneas silvestres que tanto abundan en nuestro entorno, suponen un grave problema en la salud de nuestros perros. Un número importante de propietarios desconocen las patologías relacionadas con estas espigas por lo que será imprescindible darlo a conocer, para de esta forma intentar evitar riesgos y, lo que es más importante, detectar con rapidez los síntomas de la presencia de una espiga en nuestro perro y así poder acudir a nuestro veterinario en busca de ayuda lo más rápido posible.
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Las espigas son las semillas o formas de reproducción y propagación de las plantas gramíneas. Están diseñadas con esa típica forma de paraguas o arpón, para adherirse a los seres vivos que pasan a su lado y así ser transportadas hasta un punto distante en donde eclosionar, cuando las condiciones medioambientales sean buenas, y reproducir una nueva planta. Esta forma de paraguas les permite, junto con unos ganchos microscópicos, quedar fuertemente enganchadas al pelo de los animales; además con su afilada y dura punta y la imposibilidad de retroceder debido a que se abren a modo de paraguas, se van clavando cada vez con mayor fuerza en el punto en que están ancladas. Esta es la clave de los problemas médicos que se nos producen en nuestros animales, aun cuando en principio pudiera parecer algo insignificante.
Con la llegada de los primeros calores y especialmente en años de primaveras lluviosas que habrán permitido crecer profusamente a las “malas hierbas”, se producen multitud de consultas en las clínicas veterinarias relacionadas con la introducción de una espiga en algún lugar del organismo. Las espigas quedan enganchadas en primer lugar en el pelo del perro al entrar en contacto con ellas durante el paseo. Posteriormente y debido a que como hemos dicho no retroceden, se van desplazando con el movimiento o con el rascado del perro hasta que puedan introducirse en algún orificio natural del organismo o incluso atravesando la piel. En general están más expuestos a estos problemas los animales con el pelo más largo y de tamaño más pequeño, si bien las encontramos en todo tipo de perros.Las principales patologías que producen son:
- Otitis, al introducirse en los oídos. Son el lugar en el que las encontramos con más frecuencia. Resultan muy dolorosas para el perro si tenemos en cuenta que el interior del oído es muy sensible y el material de la espiga áspero y de gran dureza. Al ir avanzando por el interior del conducto auditivo pueden llegar a perforar el tímpano, que es la membrana que separa el oído externo del oído medio. Son responsables de multitud de otitis en los perros, que pueden ser graves. Las encontramos principalmente en perros con bastante pelo y orejas caídas, siendo el principal candidato a padecer este trastorno el “cocker spaniel”. El primer síntoma que debemos identificar con rapidez es la sacudida enérgica de la cabeza y el caminar con esta inclinada. Además pueden gritar o llorar y rascarse con desazón. El veterinario deberá extraerlas con el “otoscopio”, un aparato que permite ver el interior del oído, y unas pinzas especiales muy finas y de gran longitud, llamadas “pinzas de cocodrilo”. Excepto que la espiga no haya penetrado muy profundamente o se trate de un perro especialmente bueno y tranquilo, suele ser necesario ponerle un sedante para poder realizar la extracción. Sin lugar a dudas las espigas auriculares son una de las principales causas de otitis en los perros.
- Introducción en las fosas nasales, cuando se inspira el aire al respirar al lado de las espigas. Es más frecuente de lo que se podría suponer y provoca una fuerte rinitis o irritación de la nariz, siendo los principales síntomas los estornudos exagerados, de aparición repentina, pudiendo acompañarse de secreción o hemorragia nasal. La extracción en este caso es más complicada que en el oído, precisando de anestesia general. Los recovecos o circunvalaciones del interior de las fosas nasales pueden hacer muy dificultosa la localización y extracción de las espiga.
- Ojos, no es raro que las espigas se alojen en el espacio entre el globo ocular u ojo propiamente dicho y los párpados, tanto superior o inferior como bajo el “tercer párpado” propio de los perros. Es fácil imaginar que produce muchísimas molestias, dolor y si no es extraída con rapidez, úlceras corneales. Es importante hacer una buena exploración del ojo pues en ocasiones se introducen en el fondo del saco conjuntival, siendo complicado localizarlas. En algunos casos origina abscesos retrobulbares, que son infecciones de la parte posterior del ojo con pronóstico reservado, y que precisan tratamiento antibiótico y/o quirúrgico.
- En el interior de la boca, clavándose en las encías y provocando abscesos o infecciones, con trastornos de la deglución. En ocasiones las hemos encontrado incluso en los conductos de las glándulas salivares, provocando infecciones e inflamaciones de estas glándulas.
- Espigas interdigitales, que son quizá las que vemos con mayor frecuencia tras las auriculares. Se producen cuando las espiga se queda en un primer momento enganchada en el pelo entre dos dedos, para posteriormente ir presionando y atravesando la piel hasta introducirse en la pata y producir una infección. En ocasiones migran bajo la piel o incluso en profundidad a lo largo de trayectos de muchos centímetros. Se localizan porque el perro se muerde o lame la región, cojea y sangra o supura por una herida o fístula que encontramos entre los dedos. Es imprescindible la extracción quirúrgica de la espiga para conseguir la curación y evitar que pueda seguir migrando.
- Otras localizaciones menos frecuentes son en el prepucio o envoltura de piel que rodea al pene, provocando gran inflamación y muchas molestias; introduciéndose en vagina; bajo la piel en distintos puntos del organismo como el abdomen o cuello; e incluso en el interior del propio abdomen o en el tórax, originando nódulos o abscesos de importancia clínica.
Tanto por la frecuencia como por el alcance de estas patologías, creemos que debe haber quedado clara la gravedad del tema que nos ocupa. Por ello será imprescindible tomar algunas medidas de prevención para reducir su incidencia, ya que debido a la cantidad de espigas que aparecen todos los años con los primeros calores y a la presencia en todos los rincones, será muy difícil impedir su contacto.
Cuando paseemos con nuestro perro deberemos evitar aquellas zonas que sepamos tengan muchas plantas de este tipo y en el caso de tropezar con espigas, algo inevitable en muchos casos, deberemos revisar completamente el manto de nuestro perro al terminar el paseo, prestando especial atención a las orejas, tanto en su cara externa como interna y a los espacios interdigitales; pudiendo ser necesario en algunos casos un cepillado a fondo. El afeitado de la cara interna de las orejas y de las manos en los perros de pelo largo, también puede ayudar algo.El aspecto más importante será constatar los primeros síntomas en el caso de que una espiga haya superado nuestras precauciones, por lo que estaremos atentos a las sacudidas de la cabeza o a llevar esta inclinada, a las molestias en una extremidad o cojeras, a los estornudos o secreciones nasales, irritación ocular, a heridas en cualquier parte del cuerpo o a cualquier otro signo que nos parezca de importancia. La extracción precoz de una espiga evitará que aparezcan con posterioridad problemas mucho más graves.
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jueves, 16 de junio de 2011
EL PELIGRO DE LAS ESPIGAS
martes, 7 de junio de 2011
GOLPE DE CALOR (PREVENCIÓN Y CUIDADOS)
Los perros y los gatos son mucho más sensibles al calor que los humanos, y un día caluroso puede ser muy peligroso para su vida. El llamado "Golpe de Calor" es una subida de temperatura interna del cuerpo del perro/gato, y puede ser mortal para ellos porque no tienen la misma capacidad humana para regular la temperatura de su cuerpo.Es muy importante que sepas que cuidados necesitan, en los días de verano, los perros y gatos en casa o al salir con ellos de vacaciones. El Golpe de Calor es mortal si los días son muy calurosos y si no se extreman ciertos cuidados con nuestros perros o gatos:
En apenas 10 minutos, un perro o un gato pueden morir dentro de un coche. A veces, ni un rescate rápido consigue evitar los problemas vasculares, las hemorragias o el edema cerebral..."
Los perros y gatos no pueden regular su temperatura mediante el sudor pues carecen de glándulas sudoríparas extendidas por el cuerpo -como en el caso de los humanos-. Ellos sólo pueden regular su temperatura mediante los jadeos, el sudor que eliminan por las almohadillas de sus patas o el lamido de su pelo (en el caso de los gatos). En los días de mucho calor o en los traslados en coche, esta regulación puede no ser suficiente y se presenta el temido golpe de calor, que puede resultar mortal, pues:
acaba con las reservas de azúcar y sales del cuerpo del perro o gato, así que cuanto mas dure el periodo de calor mas rápido puede ocurrir. El "golpe de calor" puede acabar con nuestro perro o gato en apenas 10 minutos.
SÍNTOMAS
- Aparecen cuando la temperatura interna supera los 42º.
- Astenia. Falta o decaimiento considerable de fuerzas.
- Temblores musculares.
- Cianosis: coloración azulada de piel causada por la deficiente oxigenación de la sangre.
- Negativa a moverse.
- Respiración muy rápida o muy costosa.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Alteración del color de las mucosas: encías, mocos de la nariz.
- Alteración en la salivación.
- Tambaleo.
CONSECUENCIAS
- Pérdida corporal de azúcar y sales.
- Petequias. Pequeñas manchas de sangre en la piel.
- Hemorragia gastrointestinal.
- Insuficiencia hepática.
- Insuficiencia renal.
- Edema cerebral.
- Fallo multiorgánico.
- La muerte de pacientes ingresados en estado grave puede sobrevenir en 24 horas por depresión y parada respiratoria.
PRIMEROS AUXILIOS
No se le puede bajar la temperatura de golpe, porque pasaremos a provocarle una hipotermia con los mismos resultados desastrosos. La temperatura debe bajar de forma paulatina y el animal debe rehidratarse y recuperar el azúcar y las sales que ha perdido.
- Si puede trasladarse de inmediato a una clínica veterinaria, subirlo al coche y durante el trayecto:
- Humedecer (sin envolver ni tapar) prioritariamente el cuello y la cabeza mediante paños mojados en agua no muy fria o un pulverizador de agua. NUNCA cubrirlo con toallas húmedas.
- Poner un cubito de hielo sobre el puente de la nariz, las ingles y las axilas.
- Humedecerle la boca, sin forzarlo a beber, y sin dejar que beba en exceso.
- Si no puede trasladarse de inmediato a una clínica veterinaria:
- Llevarlo a un sitio fresco.
- Sumergirlo en agua a unos 20º o aplicarle un chorro de agua a esa temperatura, hasta que se normalice la respiración.
- Humedecer (sin envolver ni tapar) prioritariamente el cuello y la cabeza mediante paños mojados en agua no muy fria o un pulverizador de agua. NUNCA cubrirlo con toallas húmedas. Si es posible, nos ayudamos con un ventilador.
- Poner un cubito de hielo sobre el puente de la nariz, en las ingles y las axilas.
- Humedecerle la boca, sin forzarlo a beber, y sin dejar que beba en exceso.
- Cuando la respiración sea normal, mantenlo sobre una toalla húmeda.
- Trasládalo al veterinario lo antes posible, y explícale todo lo que hayas hecho. Es IMPRESCINDIBLE que un veterinario lo tenga bajo control y observación para ver cómo evoluciona, y además el animal necesita medicación para recuperarse. La respiración normal no elimina daños cerebrales y otras secuelas de este fuerte shock, por lo que insistimos en que DEBES LLEVARLO AL VETERINARIO lo antes posible.
Existen además una serie de factores de riesgo que aumentan las probabilidades de que un animal sufra un golpe de calor, por ello, deben vigilarse especialmente los siguientes casos:
- Entorno:
- Altas temperaturas en el exterior.
- Temperatura moderada en el exterior después de varios días de calor sofocante.
- Humedad ambiental alta, que dificulta la propia eliminación de vapor de agua del animal.
- Espacio reducido y/o mal ventilado: coche, habitación, patio pequeño, balcón, transportín, bodega de barco, ...
- Agua: poca cantidad, no fresca o no renovada a menudo.
- Carencia de sombra o sombra muy reducida.
- Suelos de cemento.
- ¿Eres de los que lo tiene atado fuera?: añadimos el riesgo de ahorcamiento intentando llegar a la sombra o a más agua.
- Animal:
- Muy joven o muy viejo.
- Enfermo: insuficiencia cardíaca, insuficiencia respiratoria, stress.
- Braquicéfalo (morro muy chato): Bulldog, Carlino, Gato Persa muy tipado, Boxer, Pequinés, ...
- Obesidad: la piel tiene más poder aislante.
- Color de capa: los oscuros absorben más el calor.
- Digestión: NO dar de comer durante el día, sino al atardecer.
- Ejercicio, absolutamente prohibido en horas de más calor.
- Que el animal esté nervioso.
El golpe de calor siempre puede ser evitado, y para ello, es necesario observar los siguientes cuidados con tu amigo de 4 patas:
- En todos los casos:
- Tener siempre disponible agua limpia y fresca.
- Estar en un espacio amplio y bien ventilado.
- Contar con una zona de sombra amplia.
- Darle de comer a primera o última hora del día.
- Sácalo a pasear a primera y última hora del día, y a mediodía lo mínimo para que haga alguna necesidad.
- Evitar que haga ejercicio.
- No lo pierdas de vista.
- NO LO DEJES DENTRO DE UN VEHÍCULO APARCADO.
- Si vas de viaje con él y el coche no tiene aire acondicionado, llévate hielo, un par de toallas y agua. En las paradas, si ves que va acalorado, moja bien la toalla y deja que se tumbe encima o que al menos ponga las patas (para las almohadillas). Puedes también de vez en cuando frotarle las almohadillas y el puente de la nariz con un cubito de hielo.
- Animales de riesgo:
- Si tienes jardín, deja que juegue un rato bajo los aspersores o refréscalo con agua si al perro/gato le gusta.
- Suprime la salida de mediodía si vives en una zona sin sombras o en una plaza asfaltada o de cemento, lo que se llaman "plazas duras" que en algunas ciudades están tan de moda.
- Consulta con tu veterinario darle un suplemento de glucosa o sales minerales.
- Para cachorros o ancianos que estén en el interior, en días de calor sofocante, coloca y ve reponiendo toallas húmedas en las que puedan tumbarse, un recipiente con agua congelada que vaya "refrigerando" mientras se deshace, y mantén las persianas bajadas y las ventanas abiertas cuando el sol toque allí.
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