Decir que los perros no aman es ignorante
Los métodos de entrenamiento "basados en la dominancia" defendidos por los programas de televisión pueden desatar la agresividad.
Distintas personas prefieren distintos perros, pero ¿significa eso que algunas razas son más violentas? Multitud de estudios señalan en que los factores que marcan la agresividad de uno de estos animales son variados, e insisten en que el rol principal lo juega el dueño, sobre todo en lo que respecta a la educación y socialización del animal en su juventud.
"La influencia del ambiente durante el período de socialización (entre 3 y 12 semanas) es muy importante. Hasta las razas más dóciles pueden volverse agresivas si no aprenden durante este período que otras personas y perros son seguros". No haber tenido antes un perro, no entrenarlo, mimarlo y dedicarle poco tiempo son algunos de los factores que pueden convertir nuestra mascota en violenta. En otras palabras: darle una mala educación.
La educación inicial es uno de los puntos clave. Un estudio de la Universidad de Pennsylvania publicado en la revista 'Applied Animal Behavior Science' en 2009 concluyó un entrenador agresivo obtiene a cambio un perro agresivo. Métodos de aprendizaje como golpes e intimidación hacen poco por corregir los malos comportamientos, pero pueden provocar respuestas agresivas.
Estos sistemas "basados en la dominancia" y defendidos por programas de televisión y los defensores del entrenamiento de castigo pueden desatar la violencia hacia los dueños, pero además son erróneos en su base. Existe la creencia de que los perros agresivos intentan imponer su control sobre animales y personas y que la solución es ejercer nosotros el dominio. Esto es una leyenda urbana.
Un estudio de la Universidad de Pennsylvania concluyó que un entrenador agresivo obtiene a cambio un perro agresivo.
Otro trabajo publicado en la revista 'Journal of Veterinary Behaviour' explica que las relaciones entre estos cánidos se crean fruto de la experiencia y no de un deseo de mostrar control sobre el resto. No hay necesidad de mantener el liderazgo en la manada, ni tampoco de que el dueño se imponga como 'macho alfa' sobre su mascota. Macho 'alfa', un concepto sobre el que el ser humano también tiene una idea errónea: como bien explica Carl Safina en una columna en 'The New York Times', el verdadero macho alfa es empático y respetuoso. En otras palabras, los animales que muestran estos comportamientos los reciben fruto de un entrenamiento humano inadecuado.
Comprender las causas que desencadenan los perros es fundamental para impedir ataques y muertes humanas, también para evitar sacrificios innecesarios. Un estudio de la Universidad de Córdoba (España) llevado a cabo en 2009 con más de 700 animales demostró que el tamaño pequeño, el sexo masculino, una edad comprendida entre los 5 y los 7 años y sí, también la raza, eran factores que determinaban la agresividad a nivel poblacional. Sin embargo, el mismo análisis concluía que todo esto tenía un "peso mínimo" en el comportamiento del animal individual.
La solución no es fácil: "Escoger cachorros de padres dóciles y amistosos y hacerles sociabilizar entre las 3 y 12 semanas de edad serían los factores más importantes". El resto depende de nosotros: "educar a la sociedad para que aprenda a leer el lenguaje corporal" de estos animales para interactuar con ellos de forma más segura sería una buena solución.